Cuando se trabaja la innovación social desde el completo conocimiento de la comunidad a la que se va a impactar, salen proyectos sociales preciosos como Decedario, el juego para ayudar a la estimulación cognitiva que creó Diana de Arias.
Diana estudiaba diseño cuando su vida dio un giro de 360º: sufrió las consecuencias del Daño Cerebral Adquirido. A partir de ese momento, en vez de preguntarse “por qué” le había tocado a ella, se empezó a preguntar “para qué”. Y enseguida supo que lo que tenía que hacer era poner el diseño en manos de las personas.
En este artículo hablamos de Decedario, una colección de material terapéutico para la estimulación cognitiva. Hablamos con Diana de Arias vía Instagram, y hemos recopilado los momentos más interesantes en este post.
Si quieres ver la entrevista completa de Diana, aquí tienes el enlace.
¿Qué es Decedario y cómo surge?
Decedario es un juego de mesa terapéutico para la estimulación cognitiva. Está dirigido a todas las edades, desde población infantil a población adulta, y está dirigido a diferentes patologías como puede ser un ictus, alzheimer, parkinson, síndrome de Down, autismo, dislexia o, incluso, también se puede trabajar con niños que no padecen ninguna patología pero que están empezando a trabajar la lectoescritura.
Es un material muy amplio.
Fue una historia personal muy complicada. Todo empezó a mis 23 años, cuando sufrí un daño cerebral en primera persona, y ahí me cambió radicalmente todo. Yo estaba en Erasmus en ese momento, viviendo una vida normal de 23 años.
Y en ese momento, de repente, se te para el mundo delante de los pies y fue algo muy complicado de asumir y de asimilar, porque no te lo esperas con 23 años que la vida te dé este palo tan fuerte. Realmente tuve que enfrentarme a una operación de vida a muerte. Cuando los médicos se acercan y te dicen “Diana, o te operas o no lo cuentas”, ahí se me pusieron los pelos de punta y pensé “esto sí es la vida real”, no lo que estamos acostumbrados a vivir, y más con 23 años que piensas que eres invencible.
En este momento, despiertas enseguida y empiezas a valorar todas las cosas que tienes alrededor, la vida en sí misma. A partir de aquí tuve que enfrentarme también a una recuperación súper intensa, porque perdí un montón de habilidades y capacidades. Por ejemplo, no sabía andar, iba en silla de ruedas. Tampoco podía escribir y, de hecho, a día de hoy me cuesta bastante todavía. Gracias a Dios que ahora tenemos las nuevas tecnologías.
A raíz de esa historia, me pregunté: “¿qué narices hago aquí si no es para hacer de este mundo algo mejor y aportar lo mejor de mí?”. Esta reflexión nació a partir de un propósito y una necesidad que vi en esa rehabilitación, donde me di cuenta de que faltaban materiales que estuvieran específicamente adaptados para la estimulación cognitiva.
Decedario tiene el juego físico, pero también ejercicios vía online. Me imagino que para todo esto, tuviste que contactar con profesionales que te pudiesen ayudar a crearlo todo. ¿Cómo fue ese proceso de creación del juego?
Fue un proceso brutal, en el que disfruté mogollón. Porque esa parte de investigación y de hacer equipo con personas totalmente diferentes a ti (un neuropsicólogo, un logopeda, un fisio, gente que está mucho más cerca de la sanidad que el tema creativo y el diseño), fue muy curioso.Yo creo que de ahí nacen las propuestas de innovación, de unir las fuerzas y las cabezas de muchas personas.
Entonces, pues conté con Nueva Opción, que es la Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Valencia, y todo su equipo profesional, y también me reuní con Carla A Carvalho, que es neuropsicóloga y directora de la plataforma Hablemos de Neurociencia. Entre todos hicimos primero todo el diseño de este proyecto: hice una investigación de campo, mogollón de prototipos, me llevé todos esos prototipos que hacía para probarlos en diferentes pacientes, diferentes edades, diferentes patologías. ¡Lo apuntaba todo! Y al final tuve esa reflexión que me lleva a crear un material muy pensado y que, realmente, ofrece muchísimas posibilidades para todo tipo de personas diferentes.
¿Y cómo surgió el nombre Decedario? ¿Tiene algún significado especial?
Sí, todo lo que hago tiene un significado especial. Pues en Decedario, de alguna forma u otra, quería reflejar en el nombre el origen de todo este proyecto. Y en mi caso, fue el Daño Cerebral Adquirido.
Esta palabra es una palabra inventada que viene de la unión de dos palabras: una es Abecedario, porque el juego está compuesto por letras, palabras, imágenes, sílabas, etc; y DCA, que son las siglas de Daño Cerebral Adquirido; y de ahí nació Decedario.
He leído en algunos medios que dices que te diste cuenta de que tenías que poner el diseño en manos de las personas. Esto me parece muy interesante porque pienso en muchas personas que buscan ser emprendedoras sociales, pero no tienen ideas. Y se bloquean pensando en la idea, sin darse cuenta de que, en muchas ocasiones, nuestra misma pasión, como en tu caso el diseño, nos facilita el crear un proyecto precioso.
Creo que es un consejo muy interesante para todas estas personas que están pensando en emprender un proyecto social.
Sí, absolutamente. Hay que ir a lo que mejor se nos da, lo que sabemos hacer, porque es ahí donde vamos a poder aportar todos los conocimientos y todo lo que podamos crear.
Yo creo que es muy importante esto de no desviarnos a cosas muy complicadas, sino ir a nuestros orígenes, a lo que realmente nos gusta, y por lo que disfrutamos. Porque sobre todo hay que disfrutar de todo este proceso.
Emprender es duro, no es algo sencillo, estás todo el rato en una incertidumbre increíble, y es todo nuevo. Yo creo que el primero que tiene que creer en tu proyecto eres tú mismo, estar súper convencido de ello, pero a fuego, y es que, además, si esto es así, lo vas a poder transmitir a la sociedad, pudiendo transmitir lo importante que es el proyecto para ti. De esta manera, ellos lo van a escuchar de la misma forma.
En cuanto la gente ve que lo que estás haciendo puede llegar a tener un impacto tan positivo en las personas, directamente te ayudan. Siempre hay que tener en mente el origen de por qué, de para qué, estás haciendo este proyecto.
¿Cómo fue el camino del emprendimiento desde que dijiste “a mí me apasiona el diseño, puedo hacer esto con las experiencias vividas y puedo crear algo que es súper positivo para un colectivo en concreto” hasta que has creado Decedario? ¿Cómo ha sido ese camino de emprendimiento?
Ha sido un proceso súper largo y de mucha reflexión. Estas cosas no salen de hoy para mañana, ni de broma.
Necesitas sentir lo que tienes dentro y lo que quieres aportar, e ir haciendo y preguntando.
Mi proceso ha sido súper interesante, a mí me ha encantado. Estos dos años que llevo de emprendimiento, para mí, han sido el aprendizaje más grande que he tenido. Ni un máster ni MBA se puede equiparar a trabajar en el campo de batalla, en tiempo real, con las personas.
Yo creo que es el mejor aprendizaje que podemos tener, y animo a todo el mundo que lo pruebe. Si realmente están pensando que tienen algo que aportar a la sociedad, que lo hagan, porque yo creo que la finalidad, y más ahora, es hacer este mundo un poquito mejor.
¿Qué es la innovación social para ti? ¿Cómo la definirías?
Yo lo tengo muy claro. La innovación social es fundamental para mí. Imagínate lo importante que es que para mí debería ser una asignatura obligatoria en todos los colegios de la tierra. Esto y la comunicación, las dos cosas.
Tú imagínate que los niños ya tuvieran en mente esto de la innovación social. Allá a donde fueran y crearan los proyectos ya estarían impactando en la sociedad. Así se podría empezar a crear un mundo mejor.
Está claro que la parte económica también tiene que ser importante, porque los proyectos tienen que ser sostenibles económicamente, pero que también se ponga en el centro a las personas. Para mí, la innovación social es poner en el centro a las personas.
Has mencionado que ojalá se diese innovación social en todos los colegios de la tierra, ¿crees que la innovación social se enseña o surge a raíz de distintas experiencias que te da la vida?
Yo creo que las dos cosas son importantes. Es importante vivir las experiencias en primera persona, porque es cuando más puedes aprender.
Pero también enseñar es posible. Y enseñar visto desde dos puntos de vista: visto desde la parte educativa, por supuesto que se puede enseñar. ¡Yo iría mañana a dar un taller de innovación social a cualquier colegio que me lo pidiera! Y por otro lado, enseñar de mostrar, de mostrar lo que estamos haciendo, que es fundamental.
Yo creo que estos tres puntos son fundamentales: tener la experiencia, mostrarla y enseñar. Una de las cosas que me gustó mucho de la entrevista que hicisteis a Jon Kareaga fue que él vivió y vio muchas cosas en Bangladesh, que al final le hicieron emprender en el proyecto BASK; pero además de vivirlas, las mostró, las enseñó. Y de diferentes maneras: un documental, contenido en sus redes sociales, etc.
Si no enseñas lo que estás viendo y está sucediendo en la sociedad, no existe. Hoy en día estamos muy conectados y podemos difundir un mensaje rápidamente. Evidentemente, hay mucho ruido audiovisual y tenemos que ser muy creativos e ir por la verdad por delante para que la gente nos siga; pero Jon ha tenido un gran impacto y lo va a seguir teniendo, estoy segura, y mi proyecto yo creo que también.
Cuando nacen las cosas desde un propósito o una necesidad, desde poner en el centro a las personas, es cuando realmente los proyectos tienen más vida, vida más allá.
Hablando de tu proyecto, sé que estás trabajando también dentro de lo que son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y te quería preguntar si estás haciendo algún trabajo en paralelo para cumplir con estos objetivos que nos marca la Agenda 2030.
Yo creo que hacer un trabajo en paralelo no tendría ningún sentido. Creo que esos objetivos tienen que estar integrados dentro del corazón de las empresas sociales y no sociales, en todas.
Yo, por ejemplo, estoy ayudando al objetivo número 3, el de Salud y bienestar, al objetivo número 4, que es el de educación, y el número 7, que es el de la reducción de las desigualdades. Todo lo que yo hago día a día va enfocado a estos objetivos.
Y ya te digo, están dentro de la misma estrategia de la empresa. No podría ser de otra forma.
Para terminar, ¿para ti qué han supuesto todas estas experiencias que has vivido en la vida? Tanto el Daño Cerebral Adquirido como la creación de Decedario.
¡Buah! Me ha dado la vuelta a la cabeza 180º. Cómo veo el mundo, cómo hago las cosas… Realmente ha sido un aprendizaje increíble.
Yo siempre lo digo: no hay mal que por bien no venga. Ha sido muy duro por todo lo que he tenido que pasar, por toda la enfermedad, y también a nivel de emprendimiento sobre todo los primeros años de vida. Ha sido un aprendizaje tan intenso que lo transmito con cada cosa que hago.
Ahora estoy muy enfocada en mi proyecto, porque creo que es la palanca que tengo yo del cambio, el cambio que estoy promoviendo hacia la salud, el bienestar de las personas o, incluso, la educación.
Pero creo que hace falta un cambio a pequeña escala que venga de todos. Porque esos pequeños cambios son los que cambian de verdad el mundo.
No creo que los cambios tengan que venir de arriba a abajo, sino de abajo a arriba. Tenemos que medir cómo nos comunicamos, cómo estamos en nuestro entorno familiar, amigos, trabajo… Si tú ya tienes configurada la mente de querer ayudar, aportar a las personas que tienes alrededor, cuando tú proyectes cosas más grandes, siempre lo vas a hacer hacia esta dirección. Y eso es lo que me pasa a mí, que al final pienso todo el rato hacia este lugar.